28 enero 2009

 

Mito y realidad de los refugiados palestinos.

Eduardo Zalovich, periodista uruguayo-israelí residente en Jerusalén, analiza para El Confidencial la gran mentira de los refugiados palestinos.

En 1947, la ONU votó la partición de Palestina (no de todo su territorio histórico, pues el 75% lo ocupaba ya Jordania) en dos estados: uno judío y otro árabe. Jerusalén sería internacionalizada. Los judíos aceptaron dicha resolución y proclamaron la independencia; los dirigentes árabes la rechazaron e invadieron al nuevo Israel. El llamamiento de los dirigentes musulmanes -entre ellos el líder palestino del momento, el Mufti de Jerusalén, que había colaborado con Hitler- invocó la "guerra santa" para "echar a los infieles al mar". Una guerra de exterminio. Las exhortaciones a la población árabe a abandonar sus hogares y sumarse a las fuerzas invasoras, eran permanentes.

Pero el resultado de la guerra sorprendió al mundo, pues los judíos triunfaron y consolidaron su estado. El grueso del territorio adjudicado al estado árabe fue ocupado por Egipto (Gaza), Jordania (Cisjordania y Jerusalén oriental). Tras la derrota militar, los gobiernos árabes impusieron a los palestinos la permanencia en campos de refugiados. Es decir: los -en aquel momento- 700.000 palestinos que abandonaron sus hogares, no fueron integrados al resto de la población de Jordania, Siria, Iraq o Egipto. Y ello a pesar de que tenían la misma lengua y religión, y de que no existía aún una voluntad nacional palestina autónoma del mundo árabe.

De aquellos campamentos, que ni siquiera los miles de millones de dólares producto del petróleo pudieron erradicar, surgieron todas las organizaciones terroristas palestinas, alimentadas en un odio irracional a "los cristianos, judíos y sionistas". Más de medio siglo después, nadie puede afirmar seriamente que la falta de solución para dichos refugiados se debe a la carencia de medios. Fue en realidad la falta de voluntad árabe lo que ha mantenido a los refugiados en su triste situación. ¿Por qué? Simplemente porque de ese modo tenían un arma propagandística para oponerse a todo acuerdo pacífico.

Hablamos de más de 20 países árabes, con millones de kilómetros cuadrados de extensión, que obviamente poseían infinitamente más recursos que Israel para integrarlos. La diferencia es que los judíos, en menos de 30.000 km2, absorbieron en el mismo periodo a unos 4 millones de inmigrantes, mientras los gobiernos árabes utilizaron a los suyos como arma política permanente. Una opción muy triste, decidida por los verdaderos culpables de la nakba palestina.

Comments:
Muy típico entre los sionistas: echarle la culpa a los árabes. Te bombardeo y mato? Tu culpa. Crea en Gaza la mayor campo de concentración de la historia? Tu culpa. Tengo leyes racistas y teocráticas? Tu culpa.

Va siendo hora de que tengáis un poquito de sentido crítico. La gente en Europa nos estamos cansando de este cuentecito.

Saludos.
 
es una amenaza...que se estan cansando y que de los cientos de refugiados y desplazados ambientales que la bella Europa ,se toma el trabajo sigiloso de admitir o echar de nuevo al mar...
 
Esos refugiados palestinos estaban entonces bajo protección de Naciones Unidas, y lo siguen estando hoy día, por eso siguen siendo refugiados, porque sus "hermanos" no tuvieron la generosidad de acogerlos. Sin embargo a los desplazados judíos, que también hubo en aquella época y que tuvieron que abandonar países árabes, nadie les aydudó excepto los propios judíos, fueron rápidamente recibidos con los brazos abiertos por Israel, por eso ni hoy ni entonces fueron refugiados. Por eso. Y por eso sí los hay palestinos. Por eso. La gente en Europa y en particular en España haría bien en leer algo de historia, y en informarse un poco antes de salir a la calle con la kefia puesta a pegar gritos y quemar banderas.
 
Mi pregunta es: ¿Se puede ser un refugiado en tu propia tierra?.
El odio de los sionistas, y ojo, digo sionistas, es decir la mayor parte de la comunidad JUDÍA mundial. Pues bien, ese odio que profesan los sionistas hacía los árabes es del mismo modo irracional.
Con la superioridad militar israelí, ese odio se traduce en genocidios como la operación plomo fundido. Dejemos de poner el holocausto como excusa para cometer otro holocausto.
 
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