22 enero 2008

 

Hablemos de Israel.

Pilar Rahola escribe para La Vanguardia sobre la falta de neutralidad de los medios de comunicación internacionales cuando s trata de Israel, el país más débil de la zona al que se difama y vilipendia.

Más de 40 misiles Qasam fueron disparados hoy hacia Israel y estallaron cinco en la ciudad de Sderot y otras poblaciones que rodean Gaza. Dos de los misiles impactaron en edificios y provocaron daños de consideración". Esta crónica, que he reproducido de la prensa israelí, pertenece a la semana pasada, pero podría reproducir la situación de cualquier día, de cualquier mes, de cualquiera de los últimos años.

Lo que está ocurriendo, pues, en Gaza, es el enésimo capítulo del capítulo de siempre, cuyo recorrido previsible no implica, desgraciadamente, que no se repita. Hamas mantiene la violencia cotidiana, mantiene la amenaza global, y mantiene el adiestramiento en el odio antiisraelí. Por supuesto, mantiene también el elogio público al martirio. Toda esta bomba de tiempo, que estalla periódicamente, como estalló la bomba de Hizbulah, y acabó en la guerra del Líbano, no merece ni la reprobación de la Liga Árabe, que solo se reúne para demonizar a Israel, ni la crítica de la ONU, ni el repudio internacional.

Por el contrario, todos los movimientos de defensa israelíes son demonizados al instante, y ahí tenemos a la corte de intelectuales de pro, alzando su indignación al sol. Me parece bien la crítica democrática a Israel. Pero, para ser creíble, sería bueno escuchar algo de solidaridad con las víctimas israelíes, algo de denuncia al terrorismo islamista palestino, algo de indignación por el uso corrupto de las ayudas internacionales, y algo de preocupación por el papel bélico de los países de la zona. Y sin embargo, el silencio. Lo cual lleva a una conclusión inevitable: que, respecto a Israel, la frontera entre la crítica democrática, y la criminalización maniquea, es tan frágil que se viola en la mayoría de comentarios. Sobre Israel no se hace análisis político. Se perpetúan los viejos artes de la difamación y la propaganda.

Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?