18 noviembre 2007

 

Reforzar la diáspora desde Israel.

Isi Leibler escribe sobre el descenso en el interés por Israel por parte de la comunidad judía estadounidense de menos de 35 años en contraste con los de mayor edad, que junto con la combinación de demonización mediática y antisemitismo burgués ha influenciado a muchos jóvenes a la hora de pasar de apoyar al Estado de Israel a defender posturas antisionistas. Así mismo culpa a los líderes judíos de la diáspora de ser cada vez más pasivos en respuesta al aumento del antisemitismo en todo el mundo.

Los judíos contrarios a Sión en no son en absoluto un fenómeno nuevo en la historia de los judíos. Siguen la tradición de los apóstatas judíos que se revolvían contra su propio pueblo en la Edad Media, de los judíos que se odiaban a sí mismos como Karl Marx, y más recientemente de los comunistas judíos que aplaudían los crímenes de Stalin contra el pueblo judío y defendían el antisemitismo soviético. La diferencia es que en el pasado, las personas casí eran marginadas de la vida judía y ninguna organización judía reputada les habría proporcionado de manera concebible espacio para demonizar a su propio pueblo.

Debemos poner fin a esta locura lanzando campañas educativas globales para dotar a nuestros jóvenes de una apreciación de cómo era la vida de los judíos antes del renacimiento del estado judío y proporcionarles el conocimiento de la narrativa genuina de Israel y la moralidad de nuestra causa. Que nadie se lleve a error. Si el proceso de alienación del estado judío no se invierte, la diáspora está condenada.

Comments:
Los judíos norteamericanos donan plata a Israel (cuestión que está bien y es muy necesaria), pero no hacen Aliá ni se mueven ellos mismos por el ideal sionista. Y gran parte de la culpa la tienen los dirigentes, tanto los de las comunidades judías de la diáspora como los dirigentes de Israel encargados de fortalecer los lazos con la diáspora y hacer una buena Hasbará.

En la comunidad judía de la Argentina sucede algo similar. Además tenemos dirigentes que dejan mucho que desear.
 
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