10 septiembre 2006

 

Diputados árabes-israelíes viajan a Siria para reunirse con terroristas islámicos.


Una delegación de diputados árabes-israelíes de la Knesset viajó ayer a Siria, desafiando una legislación que prohíbe a los parlamentarios visitar países enemigos. El viaje de los diputados árabes a Damasco viola una ley aprobada por la Knesset después de los atentados del 11 de septiembre. El diputado de Balad Azmi Bishara (en la foto de la izquierda) declaró "no vemos a Siria como un enemigo, somos aliados y que la iniciativa es un esfuerzo para buscar una paz justa en Oriente Medio".

El líder de Israel Beitenu (Israel es Nuestro Hogar), Avigdor Liberman, afirmó que "no hay diferencia entre el viaje del grupo árabe a Siria y un acto de espionaje contra Israel".

El primer ministro, Ehud Olmert, rechazó ayer la posibilidad de participar en unas conversaciones de paz con Siria en respuesta a una propuesta del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, para convocar una conferencia internacional para buscar una solución a los problemas de Oriente Medio. Siria "sigue siendo país de acogida para organizaciones terroristas que actúan contra Israel y no se comportaría así si quisiera hacer avanzar la paz", declaró Olmert.

El partido radical árabe-israelí Balad no ve a Siria como a un enemigo, sin embargo ha quedado probado que Siria da refugio a grupos terroristas islamo-palestinos, financia y entrena a estos grupos, permite que por su territorio circulen armas, instructores y mercenarios iraníes y extranjeros hacia el Líbano.

¿Quizás ha llegado la hora de aplicar la misma ley que ilegalizó el partido Kach del Rabino Meir Kahane para disolver el partido pro-terrorista Balad?. Rotundamente si.

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¿La quinta columna?
 
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